Todos los 5 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Eficiencia Energética, con el objetivo de reflexionar y concientizar sobre la importancia de un uso responsable y considerado de la energía.
Dicho esto y consciente de la necesidad de disminuir el gasto energético, Dictuc y su consultor asociado, Fabián Hormazábal, pone a disposición de los usuarios diferentes ideas que buscan potenciar el ahorro energético sin limitar las actividades cotidianas que las personas realizan, tanto en las industrias, empresas como en los hogares.
En la oficina
– Fijar la temperatura de los recintos climatizados en nivel adecuado, ni muy frío en verano ni muy temperado en invierno, y revisar que las ventanas estén bien cerradas cuando los equipos de climatización estén en funcionamiento.
– Mantener en buen estado los equipos de aire acondicionado, especialmente su carga de refrigerante.
– Disponer de un termo para conservar el agua caliente, evitando el gasto de hervir agua cada vez que lo necesite.
– Prefiera subir por escaleras, en vez de utilizar el ascensor.
– Apagar las luces innecesarias. Muchas veces en las oficinas se mantienen todas las luminarias encendidas, incluso cuando una habitación no está siendo usada (por ejemplo, una sala de reuniones).
– Considerar apagar las luces de los puestos cercanos a la luz natural.
– Fomentar en los edificios el uso de interruptores con timer para escaleras. Esto permite que en momentos en que nadie utiliza el espacio, la luz permanezca apagada.
– Incentivar que cuando exista un lapso de tiempo extenso (como el horario de almuerzo) los trabajadores apaguen las pantallas de su computador. Fomentar que los trabajadores programen las pantallas de sus computadores para el ahorro energético, es decir, que después de cierto tiempo sin uso, la pantalla se apague automáticamente.
– Al finalizar la jornada laboral tener la precaución de apagar equipos como impresoras, fotocopiadoras, pantallas de computador, entre otros.
En el hogar
– Cocinar con las ollas bien tapadas.
– Para cocción de alimentos, hierva el agua y luego utilice los quemadores en baja potencia.
– Acortar los tiempos de duchas.
– Utilizar el agua del calefón a una temperatura adecuada, de modo de no tener que mezclarla con agua helada.
– Apagar las luces de las habitaciones que no se estén utilizando.
– Abrir el refrigerador sólo cuando sea necesario.
– Regular el termostato del refrigerador en una temperatura adecuada.
– Encender las luces de pasillos, baños y cocinas sólo cuando sea necesario.
– Procurar adquirir artefactos de alta eficiencia según indique su etiquetado energético.
– Lavar la ropa con agua fría y con carga completa.
– Aprovechar al máximo la luz del día.
En las industrias
– Revisar que los parámetros operacionales de los procesos sean los adecuados.
– Regular los quemadores de manera que utilicen la menor cantidad de aire posible, siempre y cuando no aumenten demasiado las emisiones contaminantes.
– Revisar la correcta aislación térmica de tuberías que transporten fluidos a elevadas temperaturas.
– Analizar la posibilidad de utilizar el calor residual de algún equipo en alguna otra etapa del proceso productivo.
– Llevar un registro de los consumos energéticos y variables de procesos con el mayor detalle posible.
– Realizar una auditoria energética para conocer en detalle los usos y pérdidas de energía.
– Reparar líneas que presenten fugas de vapor o de algún fluido a alta temperatura.
– Analizar la posibilidad de reutilizar los condensados que salen de los procesos.
– Disminuir al máximo la cantidad de productos defectuosos, ya que así se evita consumir energía en la elaboración de un producto que luego no será comercializado.